Las muertes por suicidio superan a las producidas por accidente de tráfico

Las compañías de seguros deberían empezar a plantearse medidas sobre el “tráfico al más allá” para reducir costes.


Hace pocos días he tomado la decisión de arrancar este blog porque ya estoy harto y entristecido por un gran número de cosas y situaciones que veo o incluso vivo cada día. Para no andarme con rodeos y disquisiciones sobre mis reflexiones (ya se irá viendo si alguien está interesado en seguir este blog) pasemos al tema hoy.

El INE ha publicado recientemente las estadísticas de fallecimientos en España de las que se desprende que el suicidio es la primera causa de fallecimiento no natural, por primera vez por delante de los fallecidos en accidente de tráfico en 2008 (Expansión)

Merece la pena leer el artículo “Suicidio, una epidemia silenciosa” que expone entre otras cosas que “cada año, más de un millón de personas se arranca la vida en todo el mundo: más muertos que por guerras, sida o cáncer de pulmón.”

“De palabra, las autoridades se muestran preocupadísimas por este fenómeno. De hecho, la reducción del suicidio es uno de los objetivos de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud. Pero los hechos son otra cosa: apenas existen centros especializados, terapias integrales o redes de apoyo a familiares de suicidas. De momento, no podemos compararnos con países de nuestro entorno y mucho menos con pioneros como Estados Unidos, Reino Unido o las naciones escandinavas. «Aquí te dan unas pastillas y te mandan a casa: apenas hay prevención», denuncia Carmen Flores, presidenta de la asociación El Defensor del Paciente”

Además de lo que se indica en todos esos artículos, me gustaría añadir unas pocas cosas más:

- A diferencia de los fallecidos en accidente de tráfico, el suicidio tiene la ventaja de que no supone riesgo para nadie, salvo para el suicidado. Esto quizás explique en gran medida el desinterés sobre este tema de la sociedad en su conjunto y de las Administraciones en particular.
- A diferencia de los accidentes de tráfico, donde en un gran número de casos los vehículos y conductores disponen de seguro, solamente una parte de la población dispone de seguro de vida, lo que hace que la conciencia sobre el coste de las indemnizaciones de las compañías de seguros sea claramente menor.
- En este país la tradición religiosa sigue estigmatizando a los suicidas.
- Y en el fondo, el suicidio implica sólo al suicidado y a los allegados, con lo cual resulta fácil olvidarlo por parte de todos, incluido por los medios de comunicación, para los que sin embargo es noticia de todos los telediarios el número de fallecidos cada fin de semana.

Me produce un gran desasosiego el olvido en que se encuentra el suicidio de muchas personas en nuestro país. Además de las muy diversas causas que están en su origen, no me sorprendería que la crisis actual contribuya en cierta medida a acelerar el aumento de casos. La angustia de los que han llegado al punto de no ver salida alguna para ellos y sus familias no parece importar demasiado.

Menos mal que las compañías de seguros, en breve, se pondrán manos a la obra para que, con dinero público (.... radares y demás medidas para expolio de los conductores por ejemplo) se instalen sistemas de control más eficaces para reducir los suicidios y los importes de las indemnizaciones por este tema. Sin reducir por ello las primas, por supuesto.

Y menos mal también que tenemos a la Fundación Confianza que nos insufla a todos esa imprescindible esperanza, en la confianza de que incluso si no sirve para resolver la crisis global y de cada cual, quizás sirva al menos para hacer el viaje al más allá mucho más confiados.......